Busquemos a Dios en nuestro corazón, no fuera de él
Busca cada día al Señor, pero en tu corazón, no fuera de él. Y para encontrarlo, humíllate completamente, porque Él rechaza a los orgullosos, mientras que a los humildes de corazón los ama y los acompaña.
Limpien su corazón de toda suciedad y manténgalo puro, hijos míos, para que el Señor venga a morar en ustedes, para que los llene del Espíritu Santo y Sus divinos dones. Amados hijos míos, que esta sea su única preocupación y cuidado. Que este sea siempre su único propósito y deseo. Oren, entonces, para que Dios los ayude en esta empresa.
Busquen cada día al Señor, pero en sus corazones y no fuera de ellos. Y cuando lo encuentren, permanezcan con estremecimiento y temor, como los querubines y los serafines, porque sus corazones se harán, de esta manera, trono de Dios. Pero para encontrarlo, humíllense completamente, porque Él rechaza a los orgullosos, mientras que a los humildes de corazón los ama y los acompaña.
(Traducido de: Sfântul Nectarie al Pentapolei, Învăţături, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, Bucureşti, 2009, p. 15)