¿Cómo debemos educar a nuestros hijos?
En otras palabras, mis hijos deberán obedecerme incluso cuando yo ya no esté con ellos, porque dirán: “¡Mira, Señor, justo lo que decían mamá y papá!”
Edúquenlos para que logren alcanzar su salvación. Como método, la apacibilidad es lo mejor, porque si eres intransigente tu hijo te obedecerá con temor y lo que le enseñes no llegará a su interior. En otras palabras, mis hijos deberán obedecerme incluso cuando yo ya no esté con ellos, porque dirán: “¡Mira, Señor, justo lo que decían papá y mamá!” Pero si en vez de ser sosegado, has sido duro con él, todo lo habrá recibido entre sollozos y dolor, dejando de obedecerte. Por eso, como método, utiliza iempre la serenidad.
Esto no quiere decir que no hay que llamarles la atención, porque la disciplina siempre es importante, tomando en cuenta que usualmente él querrá hacer sólo lo que quiere, no lo que debe. Pero lo más importante es tu propio ejemplo de vida. Porque si él sabe hablar, no es porque tú le hayas enseñado a hacerlo, sino que te escuchó hablar en casa y así, poco a poco, también él fue aprendiendo. Y es tu actuar lo que enseña. Entonces, sé ejemplo, que esto es lo más importante.
(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Ne vorbeşte Părintele Arsenie, vol. 3, Editura Episcopiei Romanului, 1998, p. 20)