¿Cómo es posible que el alma del hombre siga enferma, aunque este haya llevado una vida religiosa?
Si el hombre empieza a concientizar su estado y se decide a cambiar, humillándose ante Dios y esforzándose en abandonarse completamente en Sus manos, Él encontrará la forma de entrar al oscuro sótano de esa alma para transformarla.
¿Cómo es posible que a semejante alma (una que tiende a aislarse) venga la Gracia de Dios, cuando vive de una forma tan enfermiza? ¿Cómo es posible que semejante alma sea visitada por la Gracia, que a semejante alma venga la luz de Cristo? ¡Es imposible! ¡Aunque haya llevado una vida enteramente religiosa, una vida entera de afán, es posible que lo profundo de su ser siga siendo rústico y enfermo, y que la Gracia de Dios no le haya visitado nunca!
Si, poco a poco, el hombre empieza a concientizar su estado y se decide a cambiar, humillándose ante Dios y esforzándose en abandonarse completamente en Sus manos, Él encontrará la forma de entrar al oscuro sótano de esa alma, para transformarla y que se vuelva verdaderamente cristiana, haciendo del individuo un humano verdadero.
Sólo entonces verá a los demás como humanos verdaderos y tendrá un contacto real y una comunión real con ellos. Así, como podríamos esperar, encontrará el camino y avanzará de don en don, hasta perfeccionarse en Jesucristo.
(Traducido de: Arhim. Simeon Kraiopoulos, Te cunoşti pe tine însuţi? Viaţa duhovnicească şi problemele psihologice, Editura Bizantină, Bucureşti, 2008, p. 125)