¿Cómo librarte del orgullo y la vanagloria?
Si quieres vencer la arrogancia, no pretendas que lo que haces es gracias a tu propio esfuerzo, sea que ayunes, que veles, que duermas en el suelo, que te deleites cantando los salmos, o que hagas incontables postraciones.
Si quieres vencer la vanagloria, no aprecies los elogios, ni las honras, ni las vestimentas ostentosas, ni los primeros lugares en todo, ni los privilegios. Al contrario, alégrate cuando seas difamado y deshonrado, reprendiéndote a ti mismo como si fueras el más pecador de entre todos los pecadores.
Si quieres vencer la arrogancia, no pretendas que lo que haces es gracias a tu propio esfuerzo, sea que ayunes, que veles, que duermas en el suelo, que te deleites cantando los salmos, o que hagas incontables postraciones. Más bien dí: “Sólo con la ayuda y la protección de Dios he podido hacer esto, no gracias a mis propias fuerzas y a mi propio afán”.
(Traducido de: Cum să biruim mândria, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2010, p. 83)