¿Cómo nos ama Cristo?
Creo que es por eso que el amor de Dios nunca se nos ha demostrado con meras palabras; Cristo nunca dijo: “¡Os amo de esta y esta otra manera!”.
Una vez más he entendido que al amor no le avergüenza parecer banal, que el amor no finge jamás, aún bajo el riesgo de ser rechazado. Y esto porque el que no ha podido ser atraído por el amor, no tiene sentido que sea atraído con algo más, y no debe ser atraído con nada más.
Me he dado cuenta de cuánto desciende Dios hasta nosotros y de cuán minucioso es al obrar nuestra salvación. He entendido, una vez más, aún en una ínfima medida, que el amor que Él nos tiene puede convertirse, en un momento dado, ante los ojos de los demás, en algo banal. Es algo tan simple, que cualquier palabra adicional para intentar explicarlo, parece deformarlo y, de hecho, lo deforma. Creo que es por eso que el amor de Dios nunca se nos ha demostrado con meras palabras; Cristo nunca dijo: “¡Os amo de esta y esta otra manera!”. Y, al enseñarnos a amarnos los unos a los otros, dijo solamente: “tal como Yo os he amado”. Pero ¡¿cómo nos ha amado Cristo a nosotros?! Y aquí Él responde con simplicidad, sin analogías ni metáforas: “¡Al haberos ofrecido Mi alma!”.
(Traducido de: Ieromonahul Savatie Baştovoi, Dragostea care ne sminteşte, Editura Marineasa, Timişoara, 2003, pp. 119-120)