Palabras de espiritualidad

¿Cómo puedo devolver un poco del amor que Dios me da?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Cada vez que volvamos a casa, después de haber participado en la Divina Liturgia, invitaremos a alguien a comer con nosotros, no necesariamente un indigente, aunque eso sería lo deseable.

Si queremos demostrar cuánto amamos a nuestro prójimo, como respuesta al amor de Dios, cada vez que volvamos a casa, después de haber participado en la Divina Liturgia, invitaremos a alguien a comer con nosotros, no necesariamente un indigente, aunque eso sería lo deseable. ¿Para qué? Para demostrar nuestro amor, porque el amor debe materializarse.

“Te amo” suele ser una expresión insípida. Los chicos del primer año de escuela, más o menos al empezar el segundo semestre, escriben en un papelito “Te amo”, lo firman y después lo convierten un avioncito que lanzan al aire, esperando que aterrice en la banca de la chica que les gusta… pero la mayoría de veces el avioncito le cae a otra niña. Esta lo abre encantada, adivinando el mensaje que le acaba de llegar. Lo lee despacio, casi deletreándolo, hasta que la maestra se da cuenta y la historia se termina. El mensaje del chico era simple, pero sin mayor trascendencia, ¿por qué?, porque el amor es algo completamente distinto.

(Traducido de: Părintele Nicolae TănaseSoț ideal, soție ideală, Editura Anastasis, 2001, pp. 63-64)