¿Cómo renovar la gracia en nosotros?
No olvidemos las obras de amor, busquemos obedecer la palabra de Dios y, ante todo, hablemos con Él, Quien vive en nosotros, para mantener nuestro temor a Él y la devoción de hacer lo que le es agradable, fuente de nuestra vida espiritual.
El cristiano que ha ayunado, se ha confesado y ha comulgado de los Santos Misterios, renueva en sí mismo el manantial de la gracia, que brota desde el Bautizo y que tantas veces se ha visto enlodado por nuestras caídas, y otras tantas purificado nuevamente con el arrepentimiento.
Mantengámoslo puro, entonces, desde ahora, no lo ensuciemos con nuestra desidia e indiferencia ante eso que nos ayuda a conservar el correcto brote de sus aguas.
No olvidemos las obras de amor, busquemos obedecer la palabra de Dios y, ante todo, hablemos con Él, Quien vive en nosotros, para mantener nuestro temor a Él y la devoción de hacer lo que le es agradable, fuente de nuestra vida espiritual.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, p. 39)