Cómo utilizar el televisor
El televisor no puede ser utilizado como nodriza. No se trata de encenderlo para tranquilizar al niño o tenerlo junto a nosotros en la casa.
En los hogares donde haya un televisor, éste debe servir a la vida familiar y no subyugarla. A los pequeños preescolares es muy sencillo reducirles el tiempo que pasan frente a la pequeña pantalla, seleccionándoles nosotros mismos los programas. No debemos acostumbrarlos a que se distraigan pasivamente. Precisamente este es el aspecto más siniestro de la televisón: que hace a los telespectadores asimilar sonidos, imágenes, impresiones, ideas y opiniones, todo de forma pasiva, sin la posibilidad de emitir y sostener su propia opinión. Los padres de niños preescolares deben pasar la mayor parte de su tiempo libre jugando con los pequeños y acostumbrándolos a distintas actividades (como leer o alguna otra clase de juegos educativos, por ejemplo), en los que ejercite su paciencia y esfuerzo, implicando también el contacto con otras personas.
El televisor no puede ser utilizado como una nodriza. No se trata de encenderlo para tranquilizar al niño o tenerlo junto a nosotros en la casa. Hasta los niños más grandes ceden en la tentación de perder horas enteras frente al televisor, entonces cuando se les incentiva a otro tipo de actividades que les consuman el tiempo y energía. El objetivo debería ser enseñarles, en la medida que crecen, a que elijan por ellos mismos los programas que les puedan interesar realmente y, cuando éstos se terminen, apagar el aparato. Dicho de otra manera, que no vean televisión sólo para perder el tiempo.
(Traducido de: Maica Magdalena, Sfaturi pentru o educație ortodoxă a copiilor de azi, Editura Deisis, Sibiu, 2006, pp. 99-100)