Palabras de espiritualidad

Comprometámonos a no desviarnos de las enseñanzas de los Santos Padres

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Después de haber dado testimonio de la justicia de Dios con tu boca, hazlo con tus actos. Después de prometer algo, cúmplelo.

“Con el corazón se cree para la justicia, y con la boca se confiesa la fe para la salvación” (Romanos 10, 10). Tenemos que dar testimonio de la justicia con nuestra boca y, cuando sea posible, con nuestros actos. La justicia confesada con hechos y palabras se vuelve real, se convierte en un bien del hombre. Y, ya que es esencial, es una garantía de la salvación.

Te has convencido de que el único medio infalible de salvación es el seguimiento inquebrantable de las enseñanzas de los Santos Padres, acompañado del rechazo decidido de cualquier enseñanza ajena, incluso de los propios razonamientos, en tanto nuestra razón no haya sanado de su enfermedad y no se haya convertido de carnal a espiritual. Después de haber reconocido con tu mente y con tu corazón esta razón, tienes que confesarla con tu boca; prométele a Dios que te dejarás guiar por las enseñanzas de los Santos Padres, cuidándote de tener contacto con cualquier doctrina que no sea legitimada por el Espíritu Santo y que no sea aceptada por la Santa Iglesia Ortodoxa. Después de haber dado testimonio de la justicia de Dios con tu boca, hazlo con tus actos. Después de prometer algo, cúmplelo.

¡No le temas a esta promesa! Cada hijo de la Iglesia Ortodoxa está obligado a hacer el mismo voto. Es algo que debe exigírsele a cada hijo de la Iglesia Ortodoxa por parte de su padre espiritual, al celebrar el Sacramento de la Confesión.

(Traducido de: Sfântul Ignatie BriancianinovDe la întristarea inimii la mângâierea lui Dumnezeu, Editura Sophia, 2012, pp. 167-168)