Cristo, el modelo de nuestras almas
El Dios-Verbo se hizo el modelo de nuestra alma, su razón, su sentido, su anhelo y su mismo Paraíso.
El Dios-Verbo, que es Dios hecho carne, habiendo asumido en Su hipóstasis divina al hombre entero como cuerpo y alma, les transmitió a ambos elementos las propiedades divinas; así fue como los rasgos teo-nostálgico (θεονοσταλγικὸς) y cristo-nostálgico (χριστονοσταλγικός) penetraron en las partes más recónditas del ser humano.
Entonces, el Dios-Verbo se hizo el modelo de nuestra alma, su razón, su sentido, su anhelo y su mismo Paraíso. Solamente por medio de Cristo el alma humana recobró su ser, y con razón nuestro Señor dijo que “aquel que pierda su alma por Mí, la encontrará”.
Solamente cuando tiene como punto de partida y finalidad al Dios-Verbo, el alma del hombre se completa y alcanza su propósito. Cualquier otro movimiento y actividad del alma se vuelve y permanece irracional y sin sentido alguno, pero se halla, en esencia, afuera de ella. O, en todo caso, se halla en un estado de irracionalidad y locura, en una animálica perversión de las pasiones y la pecaminosidad, en un tormento y un horror sin fin.
(Traducido de: Gheron Iosif Vatopedinul, De la moarte la viață, traducere Laura Enache, Editura Doxologia, Iași, 2017, pp. 37-38)