Palabras de espiritualidad

¿Cuál es el tesoro de tu mente?

    • Foto: Silviu Cluci

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En consecuencia, hermano, analiza tu mente. ¿Con quién está, con los ángeles o con los demonios? ¿De quién es templo o morada, de Dios o del demonio? ¿Qué tesoro ocupa nuestro corazón, el de la gracia o el de la maldad?

He aquí que, exteriormente, todos hemos abandonado el mundo, todos somos forasteros y todos somos ajenos a la unión carnal. En consecuencia, los hermanos deben responder: ya que el cuerpo está en oración, ¿acaso la mente también lo está? Así como en la mayoría de casos, los preceptores y sus discípulos se dedican con mente y cuerpo a su oficio, día y noche, igualmente tú debes examinarte a ti mismo. ¿Estamdo tu cuerpo ya fuera de este mundo, lo está también tu mente? Porque cada laico, trátese de un soldado o de un comerciante, en donde tiene el cuerpo, tiene también la mente. En donde está su tesoro, ahí está también su corazón.

Así las cosas, ¿en cuál tesoro tienes tu mente? ¿Está dedicada completamente a Dios? Si no es así, dime qué te lo impide. ¿Acaso no sabes que hay espíritus malignos? Porque el maligno y sus huestes acechan la mente y les gusta poner obstáculos al alma. El demonio, adoptando miles de formas, tiene los medios para perturbarte, encontrando siempre cómo entrar y ocupar los prados de tu mente y tu alma, para que no ores y no te puedas acercar a Dios. Porque nuestra naturaleza tiende tanto a los espíritus de la maldad como a los ángeles y al Espíritu Santo. Luego, si así lo deseas, puedes convertir ese templo del maligno en uno del Espíritu Santo.

Entonces, hermano, analiza tu mente. ¿Con quién está, con los ángeles o con los demonios? ¿De quién es templo o morada, de Dios o del demonio? ¿Qué tesoro ocupa nuestro corazón, el de la gracia o el de la maldad? Así como una casa, si está llena de malos olores y suciedad, necesita ser limpiada, arreglada y perfumada sólo con buenos aromas, de igual forma el Espíritu Santo es Quien debe habitar y descansar en las almas de los cristianos.

 

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