Palabras de espiritualidad

Cuán sutilmente nos puede engañar el orgullo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El que conoce a Dios así como debe conocérsele, el que sabe cuánto se humilló el Hijo de Dios, ése no puede ensoberbecerse, porque orgulloso es sólo aquel que desconoce esto”

El orgullo puede actuar de una forma muy sutil, tanto, que el inexperto espiritual no consigue percibirla. Esto se observa, por ejemplo, cuando no tiene paciencia con la soberbia de otro, enfermo también de orgullo.

Este vicio tiene su origen en el desconocimiento de Dios: “El que conoce a Dios así como debe conocérsele, el que sabe cuánto se humilló el Hijo de Dios, ése no puede ensoberbecerse, porque sólo puede ser orgulloso aquel que desconoce esto”.

Fuentes de la soberbia pueden ser, también, los conocimientos y los dones que no se acompañan del amor. Por ejemplo, en tiempos del Santo Apóstol Pablo, los cristianos de la Iglesia de Corinto se vanagloriaban de sus carismas espirituales y competían en conocimientos filosóficos. El orgullo que les enfermaba el alma provocó muchísimas anomalías en la Iglesia.

(Traducido de: Cum să biruim mândria, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2010, p. 62)

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