¿Cuándo es el momento de cambiar de amigos?
Hazte amigo de quien te acepte así como eres y no como él quisiera que fueras. Comparte con esos que realmente te conocen, te aman y te respetan. Es preferible perder un amigo y seguir siendo tú mismo, que mantener esa amistad y pagar el precio de pretender ser alguien diferente.
Una gran parte de nuestra personalidad es evidenciada por las personas que hemos elegido para formar parte de nuestra vida. Y porque no siempre decidimos quién puede acercársenos (al menos no conscientemente), sí que elegimos quién permanece a nuestro lado, a quién seguir y de quién alejarnos. En las siguientes líneas describiré ciertas señales de atención que nos ayudan a elegir adecuadamente a nuestros amigos.
1. Tus amigos encuentran tiempo para ti, sólo cuando les es de provecho. No pierdas el tiempo con alguien que quiera estar contigo sólo cuando lo necesita. No es necesario obligarlos a que te “inserten” en su vida, porque si realmente están interesados en ti, encontrarán la forma de hacerlo.
2. Utilizan el pasado en contra tuya. Ciertas personas se rehúsan a entender que has dejado de ser quien eras en el pasado. Erraste, aprendiste de tus errores y seguiste adelante. Pero hay “amigos” que no pueden aceptar eso, intentando utilizar tu pasado para alcanzar tu nivel. Si alguien te juzga por tu pasado y lo utiliza en contra tuya, está claro que puedes excluirlo de tu vida.
4. Te sientes atrapado. En las relaciones normales de amistad, las puertas y las ventanas permanecen siempre abiertas, el aire corre libre y en paz: nadie se siente atrapado. Las relaciones sanas se desarrollan en un espacio sin límites. Y a pesar de que podrías irte y volver en cualquier momento, eliges permanecer, porque te hallas en donde quieres estar. Si quieres ser parte de la vida de alguien, aunque las puertas y las ventanas estén abiertas, no desearás irte nunca. Si alguien te retiene intentando tenderte una trampa, argumentando algo que no te agrada, entonces es el momento de abrir por ti mismo esas puertas y ventanas, y partir de aquel lugar.
4. Cuando tus amigos se oponen a tus ideales y vocaciones. Si permites que sea alguien más quien determina tus ideales y vocación, también le permitrás que te ponga obstáculos. Lo que seas capaz de alcanzar en tu vida no depende de lo que otros crean de ti, sino depende totalmente de lo que elijas hacer con tu tiempo y energías. Esos “amigos” idearán no sé cuántas teorías para explicar lo que puedes y no puedes realizar. No te intranquilices por lo que otros piensen. Manténte firme en tus ideales.
5. Te mienten. El amor obra en todas las relaciones. El amor no es sólo un sentimiento romántico de los enamorados. Es también una actitud hacia tu familia y amigos. Los que le temen a la verdad y te dicen sólo lo que quieres escuchar, es que lo hacen para su propio beneficio y no para el tuyo. ¡No lo permitas! Cuando conserves en tu vida un amigo que te ha mentido durante años, porque tú le has dado esa oportunidad, es que ambos tienen algo en común: ninguno de los dos ama, reemplazando el amor con falsedad.
6. Te envidian. Cuando alguien siente envidia por ti, es posible que quiera quitarte eso que has ganado. Muchas veces tu amor, tus promesas y tus demostraciones de afecto no son suficientes para que ese “amigo” se sienta mejor con su propia persona. Pero sólo él puede resolver sus propios problemas. La satisfacción de ser quien uno es, consiste en un proceso interior que hay que trabajar.
7. Te animan a la maldad o a juzgar a otros. La verdad es que ningún ser humano no es mejor ni peor que los demás. Todas las opiniones generalizadas que tenemos sobre los demás son erróneas, porque han sido creadas por personas hipócritas. Si juzgas a alguien de acuerdo a su exterior, no podrás conocerlo nunca en realidad.
8. No te dejan ser tú mismo. Hazte amigo de quien te acepte así como eres y no como él quisiera que fueras. Comparte con esos que realmente te conocen, te aman y te respetan. Es preferible perder un amigo y seguir siendo tú mismo, que mantener esa amistad y pagar el precio de pretender ser alguien diferente.