Palabras de espiritualidad

Cuando hacemos las cosas sin buscar ser elogiados…

    • Foto. Silviu Cluci

      Foto. Silviu Cluci

¡Qué importante es esto! También en las cosas más sencillas, incluso en las más triviales podemos servirle a Dios.

Hay otro tipo de desviaciones, en una dirección totalmente opuesta: todo parece estar bien, pero la persona no tiene cuándo elevar sus oraciones, porque, por poner un ejemplo, tiene que lavar las ollas de la cocina. No es necesario llegar a los extremos, pero cada olla y cada plato deben ser lavados, cada camisa tiene que ser planchada, cada media debe ser lavada. Todos esos trabajos tan sencillos deben hacerse para gloria de Dios, para que el Señor vea que hemos lavado, que hemos cosido, que hemos planchado, o que hemos hecho cola en la tienda por Él, para que le agrade nuestra laboriosidad, nuestra obediencia, nuestra paciencia. Para que Él vea que, sin importar las circunstancias, nosotros le seguimos siendo fieles, porque de Él hemos aprendido la mansedumbre y la humildad.

Y es importante saber que, aunque cumplamos con nuestras responsabilidades con honradez, nobleza y puntualidad en cada detalle, jamás recibiremos recompensa alguna y nadie nos rendirá honores. Cuando hagamos algo por nuestra familia, todos lo entenderán como algo que era nuestro deber hacer.

Y justamente aquello que hacemos por y para Dios, no buscando recompensas o agradecimientos, precisamente eso es lo que tiene valor, eso es lo que Él acepta, porque lo haces sin buscar ser elogiado ni porque “te apetece” hacerlo, sino porque quieres agradarle a tu Señor. ¡Qué importante es esto! También en las cosas más sencillas, incluso en las más triviales podemos servirle a Dios.

(Traducido de: Cum să biruim iubirea de arginți, Editura Sophia, București, 2013, p. 20)