Cuando la voz del maligno se disfraza de humildad…
“Yo tengo la certeza de la Palabra de Dios, que dice: No deseo la muerte del pecador, sino que vuelva al arrepentimiento y tenga vida. Porque ¿qué otra cosa quería Él, encarnándose, que salvar a los pecadores, iluminar a los que estaban en la oscuridad y resucitar a los muertos?”
A veces, el demonio se te acerca y te susurra al corazón: “Acuérdate de todo el mal que has cometido… ¡Tu alma está llena de iniquidades! ¿No sientes el peso de todos esos terribles pecados venciendo la resistencia de tu alma?”.
No dudes que él hace esto para empujarte a la desesperanza, bajo el aspecto de una aparente humildad. Porque desde que el mal surgió por causa de la desobediencia, siempre ha tenido una entrada libre para hablarle al alma como lo hace una persona con otra, buscando llenar la mente del hombre con toda clase de cosas impías.
Entonces, lo que tienes que hacer, es responderle de esta manera: “Pero yo tengo la certeza de la Palabra de Dios, que dice: No deseo la muerte del pecador, sino que vuelva al arrepentimiento y tenga vida. Porque ¿qué otra cosa quería Él, encarnándose, que salvar a los pecadores, iluminar a los que estaban en la oscuridad y resucitar a los muertos?”.
(Traducido de: Sfântul Simeon Metafrastul, Parafrază la Macarie Egipteanul, traducere, introducere şi note de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, în „Filocalia”, vol. V, Editura și Tipografia Institutului Biblic și de Misiune Ortodoxă, Bucureşti, 1976, p. 364)