Palabras de espiritualidad

Cuando sienta que ya no puedo más, así es como debo orar

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

“No pasa nada… Tu alma llora, y sus lágrimas son más preciosas que las de tus ojos”.

Un día, una mujer le dijo (al stárets Nectario):

—Padre, cuando me enfado, me enfurezco muy rápido.

Y él le respondió:

—Cuando te llenes de ira, repite: “¡Señor, ten piedad!”. La oración lava cualquier suciedad.

Cuando alguien le preguntó cómo debemos orar, el stárets se persignó lentamente, bajando después la mano derecha hasta el suelo, y dijo: “Ora así. Ora con tu cuerpo, y el Señor te enviará Su Gracia para ayudarte. Ora para que el Señor venga a enseñorearse en tu corazón. Entonces, tu ser se llenará de regocijo y ninguna tristeza podrá ya inquietarte”.

Otras veces, aconsejaba: “Ora con sencillez, así: ‘¡Concédeme Tu Gracia, Señor!’. Si las niubes de las tribulaciones te ensombrecen, ora: ‘¡Concédeme Tu Gracia, Señor!’. Y Él te librará de toda adversidad”.

Un día, un anciano cochero llamado Timoteo vino al monasterio y se arrojó a los pies del padre. Con el rostro transigurado por la fe, la humildad y la esperanza, le dijo: “Padre, que tu cálida luz encienda mi fría alma, para que pueda alzar el vuelo hacia el Cielo…”. Después de esta frase un poco complicada, agregó con sencillez: “Padre, ya no tengo lágrimas…”. Entonces, el stárets, con una sonrisa de admiración, se inclinó y le dijo al anciano: “No pasa nada… Tu alma llora, y sus lágrimas son más preciosas que las de tus ojos”.

(Traducido de: Stareţul Nectarie de la Optina, în colecţia Cuvioşi stareţi de la Optina)