Cristo nos dejó este mandamiento: “Busquen primero el Reino de Dios y Su justicia, que lo demás se les dará por añadidura” (Mateo 6, 33). Busquen trabajen, esfuércense para que su corazón y su alma se llenen sólo de las cosas celestiales, de la esperanza incesante de alcanzar el Reino de los Cielos. Elijan las cosas celestiales antes que las del mundo. Procurando esto que les digo, llegarán a ser verdaderos habitantes del Reino de Dios, quienes reciben esa justa recompensa por la perseverancia demostrada. Los que buscan el Reino de Dios en la tierra no necesitan de muchos bienes, porque se contentan con poco y les es suficiente con su aparente pobreza.

(Traducido de: Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă-Neamț, 2010, pp. 395-396)