De cómo Dios perdonó a un pueblo entero
‟Volved a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno, con llanto y con arrepentimiento”.
Cuando los habitantes de Nínive cayeron en las peores iniquidades, Dios les envió al profeta Jonás para que les advirtiera que luego de cuarenta días la ciudad sería destruida por sus graves y constantes faltas.
Al oír esto, los ninivitas se asustaron y decidieron elevar plegarias a Dios para aplacar Su ira y ser perdonados. Ayunaron, se pusieron ropas ásperas y oraron con fervor.
El mismo rey, al enterarse de tan terrible anuncio, se bajó de su trono, se quitó sus ricos ropajes y se puso otros muy pobres, y ayunó y oró junto con todo el pueblo. Para dar más fuerza a la oración, ordenó que tampoco se les diera de comer y beber a los animales.
Viendo Dios su arrepentimiento y aceptando con agrado sus oraciones y su ayuno, los perdonó, salvando a la ciudad de Nínive de la destrucción.
(Traducido de: Semințe duhovnicești, Un caiet al Părintelui Arsenie Boca, Editura Lumea Credinței, 2009, p. 63)