Me preguntan: “¿Cuál es el propósito de esta vida?”. Este propósito nos ha sido revelado por el Evangelio, y sólo por el Evangelio. Por eso, únicamente los cristianos pueden conocer el verdadero fin de la vida. Los musulmanes lo conocen sólo en la medida en que el Corán hace referencia a la revelación evangélica. Los pueblos no cristianos, al desconocer esta revelación, tampoco conocen el propósito de la vida del ser humano en la tierra. Y el propósito de esta vida es el Reino de los Cielos.

Las primeras palabras de Cristo fueron el anuncio de este fin: “Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está cerca”. Y sus últimas palabras fueron: “Id y anunciad el Evangelio del Reino a toda criatura” (Marcos 16, 15). ¿Y acaso no hablan todas Sus parábolas del Reino de los Cielos?
¿Y Su Ascensión y Su manifestación desde el otro mundo no dan testimonio del Reino de los Cielos?

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que todo el Evangelio de Cristo, de principio a fin, habla y da testimonio del Reino de los Cielos como el propósito de la vida humana. El Evangelio es el libro que habla del sentido de esta vida y del camino hacia ese fin; pero primero habla del objetivo, porque antes que nada necesitamos saber hacia dónde vamos, y luego cómo caminar hacia allí. ¡Paz para ustedes y alegría del Señor!

(Traducido de: Episcopul Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi, vol. 2, Editura Sophia, Bucureşti, 2003,  pp. 261-262)