De la desobediencia y falta de juicio que han llevado a muchos a alejarse de Dios
Después de infringir el mandamiento de Dios y comer del fruto de aquel árbol, Adán fue echado inmediatamente del Paraíso, y esa desobediencia devino en madre de la muerte para él.
Mientras supo refrenarse y no comió del árbol prohibido, Adán, nuestro ancestro, pudo gozar de las bellezas del Paraíso; pero, después de infringir el mandamiento de Dios y comer del fruto de aquel árbol, inmediatamente fue echado del Paraíso, y esa desobediencia devino en madre de la muerte para él. Lo mismo puede decirse de los sodomitas, quienes comían y bebían sin medida, además de entregarse a la lujuria y al atroz pecado de la sodomía; por eso, fueron castigados duramente por Dios, tanto en este mundo como en el infierno: sobre ellos llovió fuego y fueron calcinados. Eso mismo le ocurrió a Esaú, el hijo mayor del ptariarca Isaac. Por causa de la gula renunció a su progenitura en favor de Jacob, su hermano, por un plato de comida. Por esta razón, Dios lo rechazó.
(Traducido de: Sfântul Teodor Studitul, Cuvântări duhovnicești, Editura Episcopia Alba Iulia, Alba Iulia, 1994, p. 92)