De las heridas del orgullo nace la desobediencia
Los frutos del orgullo son: la ira, la calumnia, del desasosiego, la falsedad, el odio, las lamentaciones, la desobediencia. El orgulloso se empecina en su punto de vista, se somete con esfuerzo, no soporta que otros le hagan observaciones, arroja palabras irreflexivamente. Además, los que son orgullosos experimentan muchos pensamientos blasfemos y tienden a idolatrarse a sí mismos.
Un sabio stárets intentaba aconsejar a un monje que era presa del orgullo. Sin embargo, éste le respondió, “Perdóneme, Padre, pero yo no soy orgulloso”.
Entonces, el anciano le dijo, “¡No podías haber demostrado tu orgullo de mejor manera, que respondiendo que no eres orgulloso!”.
Sí, el orgullo es ciego, no se ve a sí mismo. El orgullo es un ingenio del maligno.
Los frutos del orgullo son: la ira, la calumnia, del desasosiego, la falsedad, el odio, las lamentaciones, la desobediencia. El orgulloso se empecina en su punto de vista, se somete con esfuerzo, no soporta que otros le hagan observaciones, arroja palabras irreflexivamente.
Además, los que son orgullosos experimentan muchos pensamientos blasfemos y tienden a idolatrarse a sí mismos.
(Traducido de: Cum să biruim mândria, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2010, p. 84)