“En lo que respecta a las turbaciones del desenfreno, sé paciente y avanza lleno de humildad y remordimiento, pidiendo el auxilio y las oraciones del piadoso Moisés (el Húngaro), del venerable Juan el Sufriente (de las Cuevas de Kiev) y de muchos otros santos de esta región, y las de la Santa Mártir Tomaida de Alejandría. Piensa siempre en el momento de tu propia muerte y, por las oraciones de todos estos santos, tu desasosiego desaparecerá...”.

(Traducido de: Sfântul Leon de la Optina, Filocalia de la Optina, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2009, p. 36)