¿De quién depende realmente nuestro crecimiento espiritual?
Depende de nosotros, de nuestro celo, de nuestro anhelo de progresar, de nuestra determinación para mantenernos en contacto con Dios.
¿De quién depende nuestro crecimiento espiritual, de nosotros mismos o de nuestro padre espiritual? ¿En qué medida?
—¡Tanto de nosotros mismos como de nuestro padre espiritual! Pero es importante saber que muchas veces depende más de nosotros que de nuestro confesor, porque a nuestro padre espiritual lo vemos con menos frecuencia, y con nosotros mismos nos encontramos todo el día, a cada momento.
Depende de nosotros, de nuestro celo, de nuestro anhelo de progresar, de nuestra determinación para mantenernos en contacto con Dios, de los reproches que nosotros mismos nos hacemos por nuestras omisiones, nuestra negligencia, nuestras debilidades…
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Cuvinte către tineri, Editura Omniscop, Craiova, 1998, p. 19)