Palabras de espiritualidad

De un asceta que prefirió retirarse a la soledad, antes que ser un jerarca de la Iglesia

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

En el registro de enterramientos del cementerio del Monasterio Neamţ, el mismo discípulo escribe sobre su mentor: “El hiero-esquemamonje Neófito Eliade ha sido el varón más grande de nuestros días, helenista profundo, gran fundador… una vejez excepcional...”

Hiero-esquemamonje Neófito Eliade, del Monasterio Neamţ († 1886)

El venerable Neófito fue un monje de una excelsa vida espiritual en la comunidad del Monasterio Neamţ, como pocos en su tiempo, a mediados del siglo XIX.

Proveniente de una familia campesina del distrito de Vrancea, el joven Nicolás —como fue bautizado— aprendió desde muy pequeño a leer y escribir. Luego, amando mucho más a Cristo que a las cosas del mundo, entró en la comunidad del Monasterio Neamţ. Ahí se dedicó a aprender el (idioma) griego y a estudiar los textos de los Santos Padres y la Santa Escritura, de manera que en poco tiempo empezó a sobresalir por su devoción, su perseverancia y su sabiduría.

Viendo la dedicación del joven Nicolás, el stárets Neonilo lo tonsuró pronto, dándole el nombre de Neófito, y lo envió durante un tiempo a la skete Pocrov. Ahí, el buen soldado de Cristo recibió el angélico esquema mayor, convirtiéndose en un reconocido asceta. Ciertamente, en el Monasterio Neamt era costumbre que los monjes más experimentados se retiraran a la skete Pocrov; de ahí que también el padre Neófito viviera en ese pequeño cenobio, donde antes habían morado muchos anacoretas de vida santa. Ahí, el padre Neófito se dedicó a practicar el ayuno, la “Oración de Jesús”, las vigilias y la lectura minuciosa de la Santa Escritura. Cada día comía una sola vez, con la llegada del ocaso, y dormía unas pocas horas.

Habiendo sido llamado de vuelta al monasterio principal, fue ordenado sacerdote e investido como padre espiritual y maestro de griego en la escuela monacal, organizada también por él y a donde asistían casi cien monjes. Este venerable padre era un gran helenista y maestro de la “Oración de Jesús”. Durante casi tres décadas guió a muchos hijos espirituales y trajo un fresco aire de renovación espiritual a los monasterios Neamţ y Secu, y también a sus respectivas sketae.

Asimismo, gracias al esfuerzo del padre Neofito, el Monasterio Neamţ construyó, en la ciudad de Târgu-Neamţ, entre los años 1850-1856, un gran hospital, una farmacia y una escuela para beneficio de todos los habitantes de la ciudad. Además, contribuyó a que se construyera la escuela del poblado de Vânători, una farmacia y un hospital psiquiátrico, además de muchas obras más.

Entre los años 1870-1877, el venerable Neófito fue nombrado higúmeno del Monasterio Secu, trabajando con entusiasmo en la renovación de la vida espiritual de dicho cenobio. Su trato amable y sus consejos llenos de sabiduría hacían que muchas personas vinieran a buscarle, aunque lo que más hablaba por él era su ejemplo de vida.

Por todas estas razones, los monjes del Monasterio Neamţ le pidieron que fuera su stárets y su padre espiritual. Sin embargo, él rechazó dicha invitación, considerándose indigno de algo así. Las mismas autoridades nacionales y los demás jerarcas lo propusieron como metropolitano de Moldova, en 1860, porque su renombre se extendía cada vez más. No obstante, el padre Neófito prefirió refugiarse en lo solitario, amando mucho más la tranquilidad y la oración, que el bullicio del mundo.

En el año 1877 renunció a su cargo de higúmeno en el Monasterio Secu y se retiró a su monasterio de tonsura. Finalmente, en 1886 descansó en el Señor, sumándose a la legión de venerables padres del Monasterio Neamţ.

He aquí como lo describe el obispo Narciso Creţulescu, uno de sus hijos espirituales: “Neófito Eliade, hombre erudito, helenista, gran hiero-esquemamonje, eremita, asceta de la skete Pocrov, antiguo higúmeno del Monasterio Secu entre los años 1870-1886. Fue muy activo, hizo que se construyera el hospital, la escuela y la farmacia de Târgu Neamţ, las cúpulas del monasterio y otros trabajos de consideración. En este siglo. no ha habido otro hombre como él en nuestro país. Rehusó ser stárets y Metropolitano de Moldova. Quien no haya visto al padre Neófito en sus oraciones, no ha visto la santidad encarnada. Murió el 3 de febrero de 1886, en el Monasterio Neamţ, a donde se había retirado después de ser el higúmeno del Monasterio Secu”.

Y en el registro de enterramientos del cementerio del Monasterio Neamţ, el mismo discípulo escribe sobre su mentor: “El hiero-esquemamonje Neófito Eliade ha sido el varón más grande de nuestros días, helenista profundo, gran fundador… una vejez excepcional...”.

(Traducido de: Arhimandritul Ioanichie BălanPatericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, pp. 454-455)