Palabras de espiritualidad

De una pequeñita que recibió el nombre de la Virgen

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El sacerdote me leyó la oración respectiva y después me obsequió un diminuto listón de la faja de la Virgen, para que mi esposa la portara todo el tiempo...”

«Llevamos ya dieciséis años de casados. En los primeros años, mi esposa quedó embarazada hasta tres veces, pero, por cuestiones médicas, ninguno de esos embarazos tuvo éxito. Posteriormente, a pesar de que durante diez largos años recurrimos a los más avanzados métodos en la materia, mi esposa ya no pudo volver a quedar encinta. Así, en agosto de 2005 decidí hacer una breve peregrinación al Monasterio Vatopedi.

Recuerdo que, hallándome en aquel santo lugar, un día, después de las Vísperas, me acerqué a venerar el Precioso Cinturón de la Madre del Señor. El sacerdote me leyó la oración respectiva y después me obsequió un diminuto listón de la faja de la Virgen, para que mi esposa la portara todo el tiempo. ¡Y el milagro tuvo lugar! La Santísima Virgen María escuchó nuestras oraciones, y ese mismo mes mi esposa quedó embarazada. El 25 de marzo de 2006 nació nuestra hija, Ana María».

(Traducido de: Protoiereu Dimitrie Athanasios, Presbitera Haroula Tsouliai, Împărăteasa tuturor, Mijlocitoare către Dumnezeu – Arătări și minuni ale Maicii Domnului, Editura Egumenița, 2014, p. 110)