Palabras de espiritualidad

Debemos ser pacientes no sólo con nuestros dolores, sino también con nosotros mismos

  • Foto: Maria Burla

    Foto: Maria Burla

No debemos condenar a nadie, ni siquiera al pecador más triste.

El monaquismo se ha debilitado no sólo debido a que ya no se practica la Oración de Jesús, sino también porque no cuidamos de nosotros, de la pureza de nuestro corazón. Debemos ser pacientes no sólo con nuestros dolores, sino también con nosotros mismos.

No debemos condenar a nadie, ni siquiera al pecador más triste. Los pensamientos fugaces, esos que el corazón deja pasar, se desvanecen rápidamente, como un caleidoscopio. Nuestra mente no se detiene nunca, siempre está ocupada. No debemos creer que los pensamientos malos nos pertenecen, porque no son propios de nuestra naturaleza. La misma mente no puede exaltar a Dios e insultarlo al mismo tiempo. Tal clase de pensamientos deben ser ignorados, arrojados como si fueran basura, como algo innecesario.

(Traducido de: Starețul Nicon de la Optina, Editura Doxologia, Iași, 2011, p. 214)