Del amor y la humildad en el alma del cristiano
La humildad y el amor de Cristo deben estremecernos y también aleccionarnos.
El cristiano debe medir y sopesar el amor de Dios, y después asumir la postura correcta. La respuesta del hombre ante el amor de Dios es la gratitud. Dios se siente complacido cuando el hombre hace Su voluntad, es decir, cuando cumple con Sus mandamientos.
El mandamiento del amor y el mandamiento de la humildad.
Cuando el hombre tiene humildad y amor, permanece en Dios y Dios permanece en él. La humildad y el amor de Cristo deben estremecernos y también aleccionarnos. Si Dios, Quien no tiene pecado alguno, se humilló tanto por amor a nosotros, que hasta aceptó morir en la cruz, nosotros, que por naturaleza somos modestos, como seres de arcilla, ¿cuánto no tendríamos que humillarnos y seguir Su ejemplo redentor?
(Traducido de: Părintele Efrem Athonitul, Despre credință și mântuire, traducere de Cristian Spătărelu, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 25)