Del conocimiento que obtendremos al partir de esta vida
Quien sea capaz de sincronizar estas dos realidades tan sobrecogedoras, ese será capaz de ver con asombro cómo ante él surge el Reino de Dios, que no es sino la perfecta consecución del propósito de la vida.
Cuando abandonemos este estado corporal, orgánico, nos conoceremos mucho más profundamente y también la esencia de las cosas. Científicamente, esto es materia, pero no se puede decir, concretamente, qué es la materia. Podemos decir que se trata de una cosa, como de un puñado de tierra o no sé qué, pero ¿qué es en esencia la materia? Este objeto, en esencia, ¿qué es verdaderamente?
Nadie podría responderlo. Se puede decir de qué está compuesto. Sabemos lo que sabe cualquier persona que ha asistido a la escuela, es decir, que la materia está compuesta por distintos elementos, pero, en sí, qué es la materia, eso es algo que nadie puede responder. Materia y espíritu. Espíritu y materia.
Quien sea capaz de sincronizar estas dos realidades tan sobrecogedoras, ese será capaz de ver con asombro cómo ante él surge el Reino de Dios, que no es sino la perfecta consecución del propósito de la vida. Ese verá en su vida cómo florecen toda clase de cosas que antes le parecían insondables, en todos los campos: espiritual, intelectual, social e incluso físico.
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Iustinian Chira, Convorbiri în amurg, Editura Dacia, Cluj-Napoca, 2006, p. 114)