Dios te permite que recibas el fruto de tu vientre... ¡Te felicito! Que el Señor, que todo lo da, le otorgue al nuevo ser una buena entrada en el mundo de Dios. Así lo quiso Él desde el principo, como castigo por lo que hiciera la primera mujer, ancestro de todos. Y en ese trabajo hay muchos peldaños por subir. Que Dios se apiade de tí y te ayude en todo

¿Quieres merecer tal alivio? Descárgate de todos tus pecados. Sé que en estos días, por necesidad, debes descansar sin tan siquiera moverte... entonces, con seguridad tienes suficiente tiempo para analizarte detenidamente. Hazlo bien, como lo haría el investigador más severo; después de esto, castiga todos tus defectos, arrepiéntete de ellos y remuérdete por haberlos cometido. A continuación, busca la confesión y, recibiendo la absolución, comulga de los Santos Misterios de Cristo. Por medio de todo esto merecerás recibir ese alivio tan deseado y esperado.

(Cum să educăm ortodox copilul, Editura Sophia, București, 2011, p. 29)