Palabras de espiritualidad

Diciendo “¡Sígueme, si quieres salvarte!”, no hacemos nada por nuestros hijos

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Tu deber es sembrar en tu hijo el gusto por el bien y enseñarle a entender qué es pecado, qué es bueno y qué es malo.

No olvides la responsabilidad que Dios te delegó al bendecirte con una hija. Me cuentas que han empezado a atraerle las cosas del mundo. Es normal. Pero tu deber es sembrar en ella el gusto por el bien y enseñarle a entender qué es pecado, qué es bueno y qué es malo.

¡Con la orden “¡Adelante! ¡Sígueme, si quieres salvarte!” no conseguirás nada! Recuerda que también tú empiezas a descubrir el mundo interior, más importante que el otro, exterior.

(Traducido de Arhimandritul Ioan Krestiankin, Povăţuiri pe drumul Crucii, Editura de Suflet, Bucureşti, 2013, p. 186)