Dios, el anhelo más grande de mi alma
Aquel que obtenga este Bien, quien sepa guardarlo en su alma, será el hombre más feliz de todos.
El Bien más grande que hay en esta vida y en la eternidad es Dios, Quien vive por siempre y es todo perfección y dador de toda felicidad. Aquel que obtenga este Bien, quien sepa guardarlo en su alma, será el hombre más feliz de todos.
El resto, lo demás que hay en el mundo, lo que usualmente consideramos “las bondades de la vida” no son sino cosas vacías, nimiedades. Todo lo que tengo a mi alrededor o conmigo, no me representa, no me identifico con nada de ello. Incluso mi propio cuerpo, con el que estoy vestido y que es mi estructura, con todas las partes de mi existencia terrenal, no es, ciertamente, mi “yo”.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, traducere de Boris Buzilă, Editura Sophia, București, 2005, p. 113)