Distintas formas de alcanzar la salvación
Si no devuelves el mal recibido, te salvarás. Si te acusas ante Dios por tus pecados, con toda la sinceridad de tu alma, serás perdonado.
Si te apiadas de tu hermano, también tú recibirás la misericordia (divina). Si sufres con el que sufre —aunque esto no te parezca tan importante—, serás contado entre los mártires. Si perdonas a quien te ofendió, no solo recibirás el perdón de todos tus pecados, sino que también te harás hijo del Padre Celestial. Si oras con el corazón, pidiendo la salvación de tu ofensor, también tú te salvarás. Si no devuelves el mal recibido, te salvarás. Si te acusas ante Dios por tus pecados, con toda la sinceridad de tu alma, serás perdonado.
Si confiesas tus pecados ante Dios, recibirás perdón y recompensa. Si te arrepientes por tus pecados, o si lloras por ellos, o si suspiras por ellos, tu compunción no será encubierta por el Señor, porque, como dice San Simeón, Dios no puede ocultar ni la más ínfima partícula de una lágrima de contrición.
(Traducido de: Sfântul Moise de la Optina, Ne vorbesc Stareții de la Optina, Editura Egumenița, Galați, 2007, p. 170)