Palabras de espiritualidad

¿A dónde van las almas de los pecadores que no consiguieron enmendarse en esta vida?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Se trata de una representación del juicio particular que tiene lugar después de morir, cuando la vida del difunto es examinada con todos sus pecados y buenas acciones.

¿A dónde van las almas de los pecadores que no consiguieron enmendarse en esta vida? A algún sitio dispuesto para ellos por el Juez Justo. Después de morir, tiene lugar el juicio particular, en el que se decide la suerte de los pecadores; no obstante, la decisión definitiva será pronunciada el día del estremecedor Juicio Universal. Hasta que eso ocurra, a las almas les queda esperar tan terrible momento... Se sobrecogen y sufren por tal causa.

¿Qué es el “purgatorio”? El “purgatorio” es un aspecto de la fe de los católicos. Ellos creen que se trata de un sitio a donde van a purificarse las almas pecadoras que no lo lograron hacer antes de morir. Esa purificación tendría lugar por medio de tormentos adecuados a los mismos pecados. El purgatorio, así, vendría siendo el destino de todas aquellas almas con algún nivel de impureza. En la Iglesia Ortodoxa no hay ninguna doctrina semejante. Sí creemos que, aquellos que murieron en contrición y después de haber comulgado, pero que no lograron hacer los esfuerzos necesarios o los cánones impuestos para enmendarse, subsanan ese vacío por medio de las oraciones que la Iglesia eleva por ellos, la caridad practicada en su nombre y, desde luego, con sus propias plegarias. Son almas que perviven en la esperanza y no sufren, ni son enviadas a los tormentos. Alguien dirá que es algo parecido a la idea de “purgatorio”, pero no es así.

¿Qué son los “peajes”? Una representación del juicio particular que tiene lugar después de morir, cuando la vida del difunto es examinada con todos sus pecados y buenas acciones. Los pecados son considerados como “borrados” por las buenas obras opuestas a ellos o por el arrepentimiento sincero.

Es recomendable buscar en el sinaxario (santoral), en el día 26 de marzo, el paso por los “peajes” de Santa Teodora. Todos aquellos pecadores que no se enmendaron antes de morir pasan por esos “peajes”. Sólo los cristianos “perfectos” no son frenados en esos “peajes”, porque se alzan directamente a los Cielos, por senderos de luz.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Boala și moartea, traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu, ediţia a II-a, Editura Sophia, București, 2007, pp. 109-110)