Dos grandes tesoros de la humanidad
El ayuno es un peldaño en el camino a la liberación y un soporte indispensable en la lucha contra los apetitos egoístas.
Cuando ayunas, lo que quieres es sacrificar las bondades terrenales para recibir las celestiales. Muchos de nuestros pensamientos son absorbidos por las preocupaciones relativas a la comida y por las tentaciones que vienen a través del paladar: entonces, quieres librarte de ellas. Así, el ayuno es un peldaño en el camino a la liberación y un soporte indispensable en la lucha contra los apetitos egoístas. El ayuno unido a la oración es uno de los más grandes tesoros de la humanidad, guardado cuidadosamente por aquellos que alguna vez han participado de él.
Los Santos Padres nos exhortan a ayunar con equilibrio. No es necesario que nuestro cuerpo se debilite en exceso, porque también se debilitará nuestra alma. Además, no tienes que empezar a ayunar de un golpe: todo esfuerzo debe hacerse con paciencia y perseverancia, y cada quien debe tomar en cuenta sus posibilidades y la labor que realiza.
(Traducido de: Tito Colliander, Calea Asceților, traducător Preot Dan Bădulescu, Editura Scara, București, 2002, p. 56)