El amor al prójimo como fundamento de vida para el cristiano
Nuestro prójimo es el necesitado. Esto es poner en práctica el Evangelio, no dictar conferencias ni dar discursos. La aplicación práctica del cristianismo consiste en aliviar lo más posible el sufrimiento, el dolor…
El padre Paisos el Hagiorita decía que el fundamento de la vida espiritual radica en pensar primero en el otro, y sólo después en uno mismo. En una sociedad tan degradada moralmente, en crisis y pobreza, ¿cómo podemos dar cumplimiento a ese fundamento?
—Los cristianos tienen que aprender a renunciar, a desprenderse, a dar. Tienen que ser capaces de compartir con su hermano lo poco que tienen. Este es nuestro único método de resistencia para los tiempos difíciles. Mientras más te acercas a tu semejante, más te acercas a Dios. Porque a quien tienes que amar en verdad no es aquel que va en limusina o en un auto de lujo, sino a quien va a pie, enfermo, con los pies descalzos. Nuestro prójimo es el necesitado. Esto es poner en práctica el Evangelio, no dictar conferencias ni dar discursos. La aplicación práctica del cristianismo consiste en aliviar lo más posible el sufrimiento, el dolor, no solamente en lo material, sino también en lo espiritual …
¿Cuántos de nosotros, quienes nos hacemos llamar “cristianos”, estamos decididos a soportar el sufrimiento, a ser pacientes, a cargar con nuestra cruz, en los tiempos actuales? Muy pocos. Pero, como siempre, no es la mayoría la que carga con el peso de la cruz, sino la minoría, los elegidos.
Que Dios nos ayude en todas las tentaciones y pruebas, para que sepamos enfrentarlas con amor y coraje, porque todo eso habrá de traernos la felicidad de los Cielos: “Venid a Mí todos los que estáis fatigados, y Yo os daré descanso”. Amén.
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Iustin Pârvu, Petru Vodă, 2011, pp. 227-228)