Palabras de espiritualidad

El amor a Dios nace del diálogo con Él

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Aquel que conoce el fruto de las pasiones, y sabe lo que le espera, y de qué felicidad se priva con ellas, ése odia las pasiones.

Luego, el amor a Dios nace del diálogo con Él. Pero, para deleitarnos con la oración y concentrarnos en ella, necesitamos del sosiego. Y a este llegamos por medio de la generosidad. Y a la generosidad se llega por medio de la paciencia y el odio a los apetitos. Y el odio a los apetitos se consigue por medio del temor al infierno y la esperanza de la felicidad. Aquel que conoce el fruto de las pasiones, y sabe lo que le espera, y de qué felicidad se priva con ellas, ése odia las pasiones. De este modo, cualquier forma de vida tiene vínculo con la forma de vida anterior, avanzando, hasta alcanzar un nivel mayor. Y si falta uno de esos peldaños, el siguiente no podría existir, no podría mostrarse. Porque todo se perdería. Y lo que sigue después, pone fin a todas las palabras. ¡Gloria y devoción a nuestro Dios, por los siglos de los siglos! Amén.

(Traducido de: Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, Editura Bunavestire, Bacău, 1997, p.179)