El amor es la corona de todas las buenas obras
Todo lo que hagan, háganlo con amor, para ser recompensados, porque el amor es la corona de todas las buenas obras.
Cierta vez, su discípulo le preguntó:
–Padre Paisos, ¿cuáles son los deberes del monje?
Y el anciano respondió:
–Todo monje debe guardar la promesa que hizo ante Dios y ante el Santo Altar. Es decir, la obediencia incondicional, la pobreza voluntaria y la castidad. Además, el monje debe ser humilde, orar sin cesar por él y por todo el mundo y tener un amor santo, porque de éste proviene toda buena acción, al estar lleno de paciencia.
Muchas veces les decía a sus hijos espirituales:
–¡Todo lo que hagan, háganlo con amor, para ser recompensados, porque el amor es la corona de todas las buenas obras!
Cuando estaba ya enfermo y sufría por culpa de la ceguera, lloraba en silencio y suspiraba: “Haz, Señor, conmigo lo que quieras... Tan sólo no me entregues al infierno, porque soy un gran pecador y me asusta ir al sitio de los pecadores!”.
(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Părintele Paisie Duhovnicul, Editura Trinitas, Iași, 1993, pp. 106-107)