Palabras de espiritualidad

El amor, más allá de los gestos exteriores

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El amor no busca su propio interés”. ¿Qué es eso? ¿Pero el de quién tendría que buscar? El de tu prójimo.

Más allá de los gestos exteriores, nosotros, los que estamos “en” la Iglesia, quienes hemos leído algún libro sobre la espiritualidad (ortodoxa) y quienes tenemos un padre espiritual, sabemos que existe un trabajo interior en cada persona, un ejercicio para educar nuestra mente, nuestra voluntad y nuestro corazón. Entonces ¿cuál debería ser la actitud de nuestro corazón cuando amamos?

El Apóstol Pablo, cuando tuvo que definir qué es el amor, habló poco de sus gestos exteriores, refiriéndose principalmente a los impulsos y sentimientos del corazón. “El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo perdona... El amor no se alegra por la injusticia, sino que se alegra por la verdad. El amor no se envanece, no se enaltece, no busca su propio interés...”. Todo esto es como el paisaje espiritual de nuestra alma, cuando sabe amar. No obstante, las palabras del Apóstol Pablo pueden resultar difíciles de entender.

Son difíciles de entender, no por complicadas, sino que porque nuestra mente no está acostumbrada a pensar así. “El amor no busca su propio interés”. ¿Qué es eso? ¿Pero el de quién tendría que buscar? El de tu prójimo. ¿Cuál de todos? Uno quiere ir al estadio, otro a tomar algo, otro a pescar... ¿A quién debería complacer? Claro está, el Apóstol Pablo, antes de proponernos conocer, en primer lugar, los anhelos de quienes nos rodean, nos habla de una disposición del alma, esa de no considerarte “algo”, esa de considerarte el último de todos, de saber que, si tuvieras que elegir entre tu hermano y tú, lo elegirías a él.

(Traducido de: Ieromonah Savatie Baștovoi, A iui înseamnă a ierta, Editura Cathisma, p. 66-67)

https://doxologia.ro/cuvinte-duhovnicesti/dincolo-de-gesturile-exterioare