El auténtico amor cristiano
Solamente postrado de rodillas ante los pies de la Cruz puedes obtener ese amor santo que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo soporta.
Un amor cristiano verdadero, vivo y activo es algo que puedes tener solamente cuando diriges tu vida a la luz del amor de Dios, y esta luz se puede tener solamente a los pies de la Cruz del Señor. Solamente postrado de rodillas ante los pies de la Cruz puedes obtener ese amor santo que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo soporta (I Corintios 13). El amor cristiano es una flor pura que crece únicamente en la tierra fértil de los corazones que han sido regados con la Sangre del Sacrificio del Gólgota.
Quien no conozca el Gólgota, quien no haya gustado en verdad del gran Sacrificio de su Sangre, no podrá tener un amor cristiano verdadero. Como un “mandamiento nuevo”, así fue como Jesús dejó el amor en el mundo cristiano, como una cosa que requería —y aún requiere— una vida nueva, una vida restaurada, una vida leudada con la masa del Evangelio. Solamente cuando los hombres tengan y vivan una forma semejante de vida, se verá entre ellos el legítimo amor cristiano.
(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Mai lângă Domnul meu, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2003, p. 78)