El auxilio de los ángeles
Nadie puede llegar a Dios si no ayuda a los demás a hacerlo y si no es ayudado también.
Mientras más fuertemente sintamos que avanzamos hacia Dios, con mayor fuerza sentiremos también los ataques de los espíritus malignos. Pero también empezaremos a gozar, cada vez más, de la ayuda de los ángeles en esta lucha. Y es que los mismos ángeles avanzan —junto a nosotros— a la perfección, luchando a nuestro lado contra los asaltos del maligno. Si los ángeles fueran sometidos a semejantes pruebas y debieran luchar solos para resistirlas, ascenderían hasta Dios sin nosotros. Pero no se les concedió alzarse sin nosotros, sin ayudarnos. Podría decirse, así, que se trata de una disposición general. Nadie puede llegar a Dios si no ayuda a los demás a hacerlo y si no es ayudado también.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 323 la Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, în Filocalia IX, Editura Humanitas, Bucureşti, 2008, p. 235-236)