El ayuno del cuerpo tiene que ser acompañado por el del alma
Hemos hablado del ayuno del cuerpo, mas este tiene que ser también una escuela del ayuno espiritual. ¿Qué es el ayuno espiritual? Es abstenernos de todo lo que daña, de todo lo que corrompe nuestra alma.
“¡Ayunando con el cuerpo, hermanos, ayunemos también con el alma!”. Intentemos penetrar en el sentido de estas palabras, porque nos explican claramente cuál es el propósito y también la importancia del ayuno. ¿Por qué fueron instituidos los períodos de ayuno? Para que nos enseñen a refrenarnos. ¿De qué clase de abstinencia estamos hablando? Claramente, de la abstinencia de los alimentos abundantes y gustosos.
Pero la importancia del ayuno no se limita a esto: hemos hablado del ayuno del cuerpo, mas este tiene que ser también una escuela del ayuno espiritual. ¿Qué es el ayuno espiritual? Es abstenernos de todo lo que daña, de todo lo que corrompe nuestra alma, es decir, las pasiones, que son la base de todos nuestros pecados. Los Santos Padres distinguían ocho pasiones principales: la gula, el desenfreno, la codicia, la ira, la tristeza, la desesperanza, la vanagloria y la soberbia. ¿Por qué la primera es la gula? Porque quien no sea capaz de vencer esta pasión tan deleznable e irracional, tampoco podrá vencer a las demás.
(Traducido de: Sfântul Luca al Crimeii, La porțile Postului Mare. Predici la Triod, Editura Biserica Ortodoxă, București, 2004, p. 50)