Palabras de espiritualidad

El discernimiento para reconocer entre ángeles y demonios

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

Dios no te condenará si, deseando revelarse ante ti, tú lo rechazas, porque, si en verdad quiere darte un mensaje, volverá y encontrará la manera de llegar a donde estás.

Si los demonios se aparecen con aspecto de ángeles y dicen cosas como los ángeles, ¿cómo podemos hacer para reconocerlos?

—Muy buena pregunta. En primer lugar, debes hacerte humilde y alcanzar un estado en el cual anheles conocer la verdad de Dios y no buscar vivir cualquier clase de “experiencias”. Claro está, también te sugeriría hacerte cristiano ortodoxo y seguir todas las disposiciones de vida de nuestra fe… Esto ayuda, aunque no existe ninguna garantía, porque aun siendo ortodoxo podrías ser engañado.

Los Padres de la Iglesia nos dan algunos consejos fundamentales. Por ejemplo, ellos recomiendan que, si se te aparece alguien con la apariencia de un ángel de luz, lo mejor es apartarte y desconfiar de él. Dios no te condenará si, deseando revelarse ante ti, tú lo rechazas, porque, si en verdad quiere darte un mensaje, volverá y encontrará la manera de llegar a donde estás. Aún más: a Él le agrada que muestres esa desconfianza, porque significa que no quieres ser engañado por el maligno.

Los más avanzados en lo espiritual suelen proceder de otra manera. Por ejemplo, acordémonos de lo que hacía San Antonio el Grande, quien solía ver demonios todo el tiempo. Cuando le preguntaron cómo hacía para diferenciar entre ángeles y demonios, respondió: “Cuando aparece un ángel, siento una paz muy profunda… Pero, cuando aparece un demonio, aunque tenga la apariencia de un ángel, lo que siento es un completo desasosiego”. Con todo, esto sigue siendo una prueba muy delicada para los principiantes en lo espiritual, porque pueden sentirse tranquilos aun en presencia de un demonio, precisamente por no tener la suficiente experiencia.

(Traducido de: Părintele Serafim RoseMai aproape de Dumnezeu, Editura Egumenița, 2001, p.39)