Palabras de espiritualidad

El “fuego” de la Santa Comunión

  • Foto: Adrian Sarbu

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Translation and adaptation:

Un solo propósito debemos tener en esta vida: matar y arrancar el pecado, por medio del fuego de la Santa Comunión. La consecución de este propósito nos la garantiza Cristo Mismo, Quien está en nosotros y es Vencedor, según Su promesa (Juan 6, 53).

Acuérdate de esto, hermano: el fuego celestial del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en la Eucaristía, abarca al ser entero del que comulga, revistiéndolo de la muerte misma de Jesús (II Corintios 4, 10). Así, el cuerpo y alma de quien comulga se convierten en muerte para el pecado, y el espíritu de nuestro Bautizo se enciende en verdad con el Espíritu Santo, quien presenta toda nuestra esperanza en el sacrificio divino (Romanos 8‚ 10-13; 12). El Espíritu Santo tiene un solo propósito: restablecer en nosotros la imagen de Dios y revestirnos en la semejanza con Cristo (Gálatas 4, 19; 2, 20; II Corintios 3, 17-18). Un solo propósito debemos tener en esta vida: matar y arrancar el pecado, por medio del fuego de la Santa Comunión. La consecución de este propósito nos la garantiza Cristo Mismo, Quien está en nosotros y es Vencedor, según Su promesa (Juan 6, 53).

(Traducido de: Antonie de Golansk și Mihailovsc, Calea rugăciunii lăuntrice, p. 16, Editura Bunavestire, Galați, 2003)