Palabras de espiritualidad

El hombre como imagen de la Imagen

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

No es posible entender el alma sino en su vínculo con Dios.

De acuerdo con las enseñanzas de los Santos Padres, el hombre fue creado a imagen de Dios. Por eso es que no presenta su vida ante sí mismo, sino ante Dios. Como dice el Apóstol Pablo: “Cristo es imagen de Dios invisible” (Colosenses 1, 15), y el hombre lo es de Cristo. Luego, el hombre es imagen de la imagen. El hombre fue creado a imagen de Dios y debe alcanzar la semejanza con Él. En palabras de San Máximo el Confesor, la imagen de Dios significa “ser y eternamente ser”, en tanto que la semejanza significa sabiduría y bondad. Podemos decir que “ser y eternamente ser” es la misma naturaleza del hombre, en tanto que la sabiduría y la bondad “dependen de su propia persona”. Luego, cuando el alma del hombre no se mueve hacia la semejanza con Dios —que es la deificación—, cuando no vive según lo divino, cuando no tiene en su interior la obra del Espíritu Santo, es que ha muerto. No es solamente que le acometa la enfermedad, sino que está muerta. Debo aclarar el hecho que el alma es creación de Dios. Todo lo que ha sido creado por Dios tiene un principio y un final. Sin embargo, Dios quiso crear y hacer el alma inmortal. Así, el alma, mortal por naturaleza, es inmortal por la Gracia. Es inmortal porque así lo quiso Dios. En consecuencia, no es posible entender el alma sino en su vínculo con Dios. Esta afirmación demuestra, precisamente, la diferencia con las antiguas ideas filosóficas sobre el alma, y también ante las modernas corrientes psicológicas.

(Traducido de: Mitropolit Hieroteos Vlachos, Boala şi tămăduirea sufletului în tradiţia ortodoxă,  Editura Sophia, ediţie electronică; p. 18)