El misterio divino de la Eucaristía, legado por el Señor a los hombres, es el más excelso de los sacramentos. Es el milagro más prodigioso, de entre todo lo obrado por el poder de Dios. Es lo más sublime de entre todo lo pensado por la sabiduría de Dios. Es, también, el más venerable de todos los carismas que el amor Dios les dejó a los hombres.

Estamos hablando de un sacramento que aventaja a todos los demás, en lo que respecta a la forma de sobrepasar los límites de nuestra natualeza. Y es que los milagros consisten en exceder determinadas leyes de la naturaleza, pero el Sacramento de la Comunión las supera a todas.

Por dicha razón, es correcto llamar y considerar al Sacramento de la Comunión “el milagro de milagros”.

(Traducido de: Sfântul Nectarie de la Eghina, Studii despre Biserică, despre Tradiție, despre dumnezeieștile Taine și despre slujirea în Duh și adevăr, Traducere Laura Enache, Editura Doxologia, Iași, 2016, p. 217)