El matrimonio es sagrado
Él quiere que todos nos salvemos y que todos reciban el conocimiento de la verdad, que nadie quede indiferente ante la virtud.
La Iglesia honra el matrimonio real y subraya el hecho que el verdadero matrimonio no es una vida de deleite y bienestar, porque el hombre que vive en el mundo no es menos que el monje por el simple hecho de haberse casado. Sólo en ese punto se le ha hecho una excepción (la convivencia con su cónyuge, N. del T.), pero está obligado a hacer todo lo demás igual que el monje.
“No asumamos esto con demasiada simpleza, amados hijos, sino que hagámoslo como verdaderos sabios, interesándonos en nuestro comportamiento ante Dios, sin anteponer el cuidado de nuestro hogar, nuestra esposa, nuestros hijos, etc., creyendo que es suficiente responsabilidad, que alcanza para defendernos viviendo de manera indiferente y con dejadez. No digamos «soy del mundo, tengo esposa e hijos». La mayoría se excusa con esas palabras, cuando les propongo los trabajos de la virtud y el estudio de las Santas Escrituras. «No es mi especialidad», dirá alguien, «¿acaso soy monje, para ir y predicarles a los demás?» ¿Qué dices, hombre? ¿Acaso solamente los monjes están obligados a portarse fervorosamente ante Dios? Él quiere que todos nos salvemos y que todos reciban el conocimiento de la verdad, que nadie quede indiferente ante la virtud.”
(Traducido de: Pr. Filotei Faros, Pr. Stavros Kofinas, Căsnicia: dificultăți și soluții, traducere din limba greacă de Pr. Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2012, pp. 74-75)