El origen de la hostilidad entre esposos
La animadversión en el hogar proviene del pecado. Todo lo malo nace del pecado.
Voy a enumerarles los motivos por los que suele aparecer enemistad en el seno de la familia, para que no les suceda a ustedes. La animadversión en el hogar proviene del pecado. Todo lo malo nace del pecado. Bien, la hostilidad aparece en el hogar, si:
1. El vínculo conyugal empezó con el pie izquierdo, es decir, con relaciones íntimas pre-matrimoniales.
2. Los esposos viven juntos sin haberse casado por la Iglesia.
3. Hay pecados carnales que no han sido confesados, cometidos antes o después de casarse. Los cónyuges entran a su nuevo hogar portando un sello diabólico en el cuerpo y en el alma. Y, debido a que siguen cargando con ese pecado, éste amenaza con destruir su hogar, ya que aquel demonio no ha sido eliminado.
4. Los padres del novio o de la novia aprobaron el matrimonio por pura avaricia.
5. La diferencia de edades es significativa o alguno de los novios llega al matrimonio siendo demasiado joven. Hay padres que buscan casar a sus hijas cuando éstas apenas tienen catorce o dieciséis años. Y no son raros los casos en los que, cuando recién están alcanzando la mayoría de edad, estas jovencitas ya han quedado viudas, con uno o dos hijos. Esto, a raíz de la discordancia de edades, porque ¿cómo podría una jovencita de catorce años convivir con un hombre ya maduro? Y esta anomalía es también un pecado ante Dios. Tristemente, cuando ven que ese hogar se está cayendo a pedazos, a los padres no les queda sino reconocer que aconsejaron mal a su hijo o hija.
6. No se ha prestado atención a las cuestiones del alma y las disposiciones de la Iglesia, que son mandato de Dios. Y si no atendemos estos aspectos, es que preferimos centrarnos en las cosas del demonio; por eso no podemos encontrar la paz.
7. En el hogar no se practica el ayuno. Los coléricos se mantienen llenos de bilis, sustancia que se multiplica en el cuerpo humano cuando se consume mucha carne y no se ayuna. Luego, repletas de bilis, las personas se enfadan fácilmente y comienzan a reñir por cualquier nimiedad.
8. Existe el pecado del desenfreno en el matrimonio. ¿Cómo? Cuando deja de respetarse la abstinencia los días miércoles, viernes, en los días de ayuno establecidos por la Iglesia y en las festividades religiosas. No se respeta ninguna disposición. Con todo esto, Dios provoca el desorden para que las personas reconozcan que debe hacerse orden.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Ridicarea Căsătoriei la înălţimea de Taină, Editura Agaton, Făgăraş 2002, p. 31-32)