Palabras de espiritualidad

El pecado de no educar a nuestros hijos en la fe

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Como padre, cuando educas a un niño no es suficiente con decirle lo que tiene que hacer, sino que hay que practicar con él lo que le enseñas, demostrándole tu ejemplo personal y vivo.

Muchos se quejan de que sus hijos, cuando llegan a mayores, dejan de obedecerles y hace sólo cosas malas. La educación religiosa es fundamental para formar la personalidad del niño.

Tal como cuidamos de una planta, para que crezca y dé frutos, así también debemos cuidar del niño, para que pueda dar abundantes frutos en el futuro.

Pero, no basta con darle las cosas materiales que necesita (ropa, comida, etc.), porque estas no tienen un rol importante en la formación de vida; lo más importante es el cuidado espiritual, porque el alma es eterna. Esta formación habrá de hacerle más noble, bueno, amoroso y compasivo, entre otras virtudes.

Si se practicara la educación religiosa, tanto en la familia como en la escuela, la humanidad tendría mucho que ganar: se reducirían el sufrimiento y los pecados en el mundo, se crearía un equilibrio en el universo y se prolongaría la vida de este mundo.

Como padre, cuando educas a un niño no es suficiente con decirle lo que tiene que hacer, sino que hay que practicar con él lo que le enseñas, demostrándole tu ejemplo personal y vivo. Debes acostumbrarte a orar con él, de rodillas ante los íconos, tomarle la mano y llevarlo a la iglesia, evitar pronunciar cualquier palabra fuera de lugar, evitar hacer cualquier gesto impulsivo, etc. Recuerda que él imitará todo lo que hagas.

(Traducido de: Sfânta Taină a Spovedaniei pe înțelesul tuturor, Arhim. Ioachim Pârvulescu, Ed. Albedo, 2005, p. 73)