Nuestras debilidades constantemente generan conflictos y tensiones entre las personas, entre amigos, entre esposos, entre padres e hijos, entre vecinos, entre compañeros de trabajo. Y no hay otro medio para superar por completo los conflictos, las tensiones y las disputas, que el perdón.  El perdón es lo único que elimina todo eso totalmente.

Es cierto que hay “acuerdos bilaterales” y “tratados de paz”, pero todas esas cosas no son más que simples convenciones, que proclaman una reconciliación exterior, sin asegurar una más fuerte y segura en el interior, es decir que no eliminan la actitud beligerante, sino solamente el enfrentamiento visible. También nosotros podemos ver, a nivel de nuestras relaciones interpersonales, que, si no eliminamos la actitud hostil hacia los demás, cualquier pacto será vulnerable y susceptible de desaparecer en cualquier momento.

(Traducido de: Pr. prof. dr. Constantin Coman, Dreptatea lui Dumnezeu și dreptatea oamenilor, Editura Bizantină, p. 39)