Palabras de espiritualidad

El primer milagro después de la muerte de San David de Georgia

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Hubo también más milagros, gracias a los cuales el venerable David pasó a ser llamado “milagroso”. Y esa honra sigue activa aún hoy: los fieles que se ungen con la tierra del sepulcro del santo —misma que emana una dulce fragancia—, sanan de cualquier enfermedad física o espiritual.

El ángel de Dios le anunció con anticipación a San David (Gareja) su partida de este mundo. El padre, entonces, llamó a todos los hermanos del monasterio y les dio unas últimas indicaciones. Posteriormente, habiendo comulgado, elevó sus manos al cielo y le confió su santa alma a Dios, Quien en ese mismo instante hizo evidente la honra que se merecía Su elegido, con un milagro de sanación: después de tocar el cuerpo muerto del santo, un monje que era ciego de nacimiento pudo ver. Hubo también más milagros, gracias a los cuales el venerable David pasó a ser llamado “milagroso”. Y esa honra sigue activa aún hoy: los fieles que se ungen con la tierra del sepulcro del santo —misma que emana una dulce fragancia—, sanan de cualquier enfermedad física o espiritual.

El santo de Dios murió el primer jueves después de la fiesta de la Ascensión del Señor, y en ese día es conmemorado año tras año. No se conoce con exactitud el año de su muerte, pero, de cualquier forma, se sabe que ocurrió en la segunda mitad del siglo VI.

(Traducido de: Patericul georgian, Editura Egumenița, p. 130)